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25 de dezembro de 2013

La Liga de La Justicia


Hasta mis 26, 27 años yo era una fan de los dibujos animados. De niña yo estudiaba en el horario de la mañana y a veces inventaba un dolorcito solo para quedarme en casa y ver mi programa de Tv favorito: TV Colosso y algunos años después TV Globinho (no sé por qué los programas infantiles pasan justo a la hora que los niños, por lo menos la gran mayoría, están en la escuela. ¿Cómo íbamos  asistir?). Soy fan de series también y en esa época la que más me gustaba era Power Ranger, yo quería ser la Ranger rosa, fue la única vez en mi vida que me gustó el color rosado, pero era por el personaje no por el color en sí. 

Un dibujo que me gustó mucho era lo de la Liga de la Justicia, me gustaba porque reunía los súper héroes más importantes en un solo dibujo, ¡estupendo! Ellos eran increíbles y nada les era imposible. Había los héroes que nacieron con sus poderes como el Súper Man y había los que se esforzaron para desarrollar habilidades y fuerza como el Batman. Ya al final del dibujo esa era la duda de Batman en seguir en la Liga, él sabía que no era inmortal y que estaba envejeciendo, sabía que su fuerza y habilidad se disminuían con el pasar de los años. Por eso él salió e empezó a entrenar a Robín. 

Me gustan las cosas que tienen secuencia, que tengo que ver el inicio y el medio para comprender el final, de ahí viene mi gusto por las series. Pero bueno, no sé si era por los dibujos que asistía que siempre quise desarrollar en mi un instinto de justicia. Hasta porque esa es la gran cualidad de un súper héroe, ser siempre justo. Y cómo era difícil a veces, porque tenía que elegir entre la bonita chica de la trama, que generalmente es su pasión escondida, y la vida de otra persona, y él tenía que juzgar quien era más justo para sobrevivir.

Basándome en eso hace algunos años pido a Dios en oración que me enseñe lo que es tener hambre y sed de justicia, ya que Mateo 5:6 dice: Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados. Yo no sé tú, pero tengo muchas ganas de recibir todas las promesas de Dios para sus hijos, y como dice la Biblia que los hambrientos por justicia serán saciados no quiero quedarme atrás, empecé a pedir porque quien no pide no recibe - No tienen, porque no piden (Santiago 4:2c).

Las Escrituras nos enseñan todo y dicen también que lo pide, recibe: »Así que yo les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. (Lucas 11:9-10 NVI). Dios nos ama y se pedimos con las intenciones y motivos correctos, Él sin duda nos dará todo lo que pedimos en oración. Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden. Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones (Santiago 4:2-3 NVI) / Si ustedes creen, recibirán todo lo que pidan en oración. (Mateo 21:22 NVI)

Antes de todo vamos a ver en un diccionario cómo se define justicia: Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece. (Diccionario de la RAE)

Bacán, vamos a ver entonces la etimología (origen) de la palabra: La palabra justicia, viene del latín iustitia de ius (derecho). (http://etimologias.dechile.net/?justicia)

Perfecto, ya comprendimos el significado de esta palabra tan impactante. Ahora quiero llevarte a comprender por qué es importante saber lo que es justicia y por qué Dios dice que es una cualidad que debemos cultivar en nuestro carácter.

Justicia está 100% relacionado con derechos, el origen de la palabra nos dice eso. Entonces quiere decir que buscar justicia es buscar mis derechos y que injusticia es tener mis derechos violados. Todos ya sufrimos algún tipo de injusticia o nos sentimos agraviados la mayoría de las veces. Cuando somos robados, cuando no recibimos mérito por nuestros esfuerzos, cuando somos engañados y por varios otros motivos. Lo que necesitamos es parar y analizar que lo que puede ser justo para mí, puede no ser para ti. ¿Y por qué eso pasa? Porque nuestro concepto de justicia fue dañado por causa del pecado. Y para comprender todo tenemos que ver el inicio y el medio de la historia para dar a ella su justo fin, ¿verdad? Como cristianos creemos que Dios es el inicio y el fin de todo, en Él están todas las respuestas y si tú no crees en eso, ese post no hará ningún sentido para ti.

Observa: Adán y Eva fueron creados por Dios, ellos tenían TODO lo que era necesario para vivir, absolutamente TODO. Ellos vivían en el paraíso, tenían la mejor alimentación, la mejor compañía (el propio Dios), el mejor ambiente (sin polución, sin ruidos indeseados), ellos tenían el Árbol  de la Vida, lo que les daba la fuente de su juventud y de su salud, ellos tenían paz, no conocían lo que era dolor, ni muerte, ni nada de eso que consideramos difícil. ¡Ellos disfrutaban de lo mejor! Pero vino Satanás con su tentación: La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señor había hecho, así que le preguntó a la mujer: — ¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín? —Podemos comer del fruto de todos los árboles —respondió la mujer—. Pero, en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: “No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán.” Pero la serpiente le dijo a la mujer: — ¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal. (Génesis 3:1-5).

Dios creó lo mejor y le dio al hombre para que él lo cuidara, pero el ser humano pensó que eso era insuficiente y decidió que ellos tenían el derecho de ser iguales a Dios, conocedores del bien y del mal. Ellos ya conocían lo bueno, pues disfrutaban de ello, pero tuvieron curiosidad de conocer lo malo. ¿Crees que Dios al prohibirlos de comer ese fruto les estaba excluyendo de todo el conocimiento? ¡NO, ABSOLUTAMENTE NO! El deseo de Dios era proteger la corona de Su creación de lo que le destruiría, el mal. ¿Si eres padre o madre, no das todos tus esfuerzos para que tus hijos no conozcan las cosas malas del mundo? ¿Tu deseo no es protegerlos de las drogas, de los vicios, de enfermedades, de malas compañías, de que él no sea un ladrón o una prostituta? ¿Y para que eso pase, no impones reglas y límites a tus hijos? ¡Igual Dios! Su amor es tan grande que su única intención siempre fue de protegernos. Con esa mala elección del hombre el pecado entró en su corazón y destruyó todo de bueno que él tenía, el privilegio de vivir en la presencia de Dios, de vivir en el paraíso, de comer de lo mejor, del Árbol de la Vida, de la vida Eterna. La primera pareja conoció lo que deseó, ¡el mal! Sin ese contacto directo con el Creador el hombre fue perdiendo la razón por la cual fue creado y se fue alejando JUSTAMENTE de TODO lo que Dios había planeado para la humanidad. El pecado confunde en nosotros lo que verdaderamente es justo. Solamente Dios, el Creador de todo, sabe la verdadera función de las cosas creadas y solamente Él sabe el fin ideal para cada una de ellas. Solo Él sabe lo que es justicia.

           Cuando una persona crea algo ella tiene el derecho sobre lo que creó. Ella creó con un propósito específico y no acepta que alguien venga y use su creación para otro objetivo diferente del original. Espero llevarte a la raíz. Dios sabe el motivo por lo cual nos hizo y sabe porque desde el inicio puso límites. Mientras más leo las Escrituras, más me doy cuenta que esos límites son para nuestra protección y en el inicio de la humanidad ya podemos ver eso.
          ¿Dónde quiero llegar? Muchas veces tenemos esa sed y esa hambre de justicia que Dios desea en nosotros, pero como no comprendemos o no conocemos lo que es justo atropellamos todas las cosas. Cuando nos sentimos agraviados el primer sentimiento que nos invade es la ira, la tristeza, el descontentamiento. Y ya sabemos que reaccionar por nuestras emociones siempre nos hace arrepentirnos después. Aprende de una vez: “Pues la ira del hombre no obra la justicia de Dios.” (Santiago 1-.20). ¿De quién es la justicia? ¡Lee el versículo otra vez! ¡LA JUSTICIA ES DE DIOS! No es mía ni tuya, eso quiere decir que quien cuida de nuestros derechos es Dios y no nosotros. Las Escrituras dicen en Romanos 3:10-12: Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios; todos se han desviado, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
Lee también:
Salmo 14: 1-3 / Salmo 53:1-3 - Dice el necio en su corazón: «No hay Dios.» Están corrompidos, sus obras son detestables;  ¡no hay uno solo que haga lo bueno! Desde el cielo el Señor contempla a los mortales, para ver si hay alguien que sea sensato y busque a Dios. Pero todos se han descarriado, a una se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno solo!
Eclesiastés 7:20 - No hay en la tierra nadie tan justo que haga el bien y nunca peque.
Isaías 64:6 - Todos somos como gente impura;  todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas: nuestras iniquidades nos arrastran como el viento.

Si no hay ningún justo Julie, ¿cómo puedo tener hambre y sed de justicia? ¡Fácil! Ten hambre y sed de hacer la voluntad de Dios, porque ella es buena, agradable y perfecta. ¿Y cómo saber la voluntad de Dios? No, no necesitas hacer ningún ritual, solo tienes que LEER LA BIBLIA. En ella están descritos todas las hechuras de Dios y todo lo que Él quiso revelarnos y enseñarnos para vivir una vida digna y justa. Deja de buscar tus derechos en el lugar equivocado. Tus derechos están en Dios y si quieres disfrutar de ellos aprende primero cuales son. Solamente las Escrituras te van a enseñarlos. Romanos 12:1-2 siempre estarán en mis textos porque si no renuevas tu mente en Cristo, no te moldeas al patrón de Cristo, nunc dejarás de pensar como un pecador, nunca dejarás de actuar como un pecador y buscarás lo que crees ser justo para ti de manera errada.

Dios en Su Palabra nos promete que nunca nos dejará, ni nos abandonará (Hebreos 13:5). Si no decides confiar y descansar que Dios cuida de ti, de tus derechos de tener salud, un trabajo, transporte, tener amigos, tener ropa, comida, vacaciones, etc., etc., te volverás loco, ¡literalmente! Cualquier cosa que pasa en nuestra vida, pasa por el tamiz de Dios, una enfermedad, un periodo de dificultad financiera, la muerte de alguien querido, una angustia y todo lo demás. Nuestra posición es obedecer las Escrituras y cumplir nuestra función como creaturas e hijos de Dios, las otras cosas, Él hará y nos dará lo necesario. ¡CONFÍA! Haz lo que a ti te toca. Cuida de tu cuerpo porque él es templo del espíritu Santo y eso te dará tranquilidad de tener una buena salud. Actúa con otros de la misma manera que te gustaría que actuaran contigo y vivirás tranquilo de saber que hiciste lo correcto y de no hay nada de que acusarte. Ama a tu prójimo y perdona a tus enemigos y  Dios usará otras personas para que veas el amor de Él por ti y te perdonará siempre que te arrepientas. Esté seguro que Dios jamás de dejará sin apoyo, Él no puede ir en contra Su naturaleza que es amor, bondad, misericordia y justicia. Confía que todo lo que recibimos a cada día es justo lo que Dios quiso darnos y si alguien actúa con injusticia hacia nosotros, Dios hará justicia por ti, ¡porque la justicia es de Él!

Mateo 5:6 -  Felices los que desean de todo corazón que se cumpla la voluntad de Dios, porque Dios atenderá su deseo (BLP).

¿Quieres ingresar a la Liga de la Justicia? Entra en el equipo de los hijos de Dios, ¡busca y obedece Su palabra!

Y si obedecemos fielmente todos estos mandamientos ante el Señor nuestro Dios, tal como nos lo ha ordenado, entonces seremos justos.” (Deuteronomio 6:25)



Anderson Freire - Colisã

Juliane Ferro